Mugaritz-Miniature-2018JULIÁN OTERO ANALIZARÁ ESE ECOSISTEMA CREATIVO CREADO POR ANDONI LUIS ADURIZ EN EL QUE LO PRIORITARIO NO ES QUE LAS COSAS ESTÉN DELICIOSAS, SINO QUE ALIMENTEN NUESTRA MENTE

El “ecosistema creativo” de Mugaritz será uno de los grandes protagonistas en Miniature Pintxos Congress, en su edición 2018, cuando Julián Otero, del equipo de I+D, presentará ese espacio experimental que es este espacio y en el que el equipo de Andoni Luis Aduriz trata de plantear dudas, reflexiones, generar conocimiento y disfrute en el conjunto de personas que visitan el restaurante.

Otero realizará un viaje a través de varios bocados que integran la parte sólida de la experiencia Mugaritz, para mostrar cómo elementos como la contención o el comer con la manos influyen en la percepción gastronómica. O, lo que viene a ser lo mismo, analizará los elementos en común entre las creaciones de Mugaritz y los pintxos.

Miniature Pintxos Congress se celebra en el Palacio Europa de Vitoria-Gasteiz del 8 al 14 de marzo de 2018, y la ponencia del equipo de I+D de Mugaritz abrirá las jornadas profesionales en la mañana del lunes, 12 de marzo, en la que los congresistas en formato “Experience” podrán disfrutar de algunas de las creaciones gastronómicas.

Julián Otero realizará también un breve recorrido, a través de algunos de los platos de nueva creación y también de la dinámica del equipo I+D de Mugaritz, que reserva cada año hasta 4 meses dedicados en exclusiva al periodo de creatividad, a reflexionar y a formarse. Un periodo entre enero y abril en el que se trabaja para crear una experiencia sensorial totalmente distinta a la del año anterior en base a las técnicas que se desarrollan en el equipo, a los conocimientos adquiridos en los proyectos con científicos o a las inspiraciones de los proyectos con artistas o de los viajes que realizan por todo el mundo. Cada año, Mugaritz crea alrededor de un centenar de nuevos platos para la temporada.

Esa dinámica hace sostener al equipo de I+D de Andoni Luis Aduriz que no es prioritario que las cosas estén deliciosas. Ante todo tienen que tener sentido, que sean el instrumento para hacer a las personas más conscientes de lo que comen y de lo que perciben.

Así Mugaritz entiende que cada plato, cada bocado, se dirige a activar la creatividad del comensal y a construir con él un relato de reflexiones, a través de texturas, aromas y sabores o a través de acciones que rompan con las normas sociales. Se trata, en definitiva, de alimentar la mente más que el estómago.